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El futuro profesional de la sostenibilidad en proyectos arquitectónicos.

Uno de los aspectos más interesantes de la sostenibilidad es la proyección que tiene como profesión de futuro y también como compromiso de cara al compromiso con el Medio Ambiente.

Y es que podemos contemplar la sostenibilidad como algo que se puede plantear en obra nueva, pensando en el impacto, en la consecución de las materias primas, en reducir la huella de carbono y obtener las certificaciones oportunas como también en el caso de una rehabilitación sostenible en un edificio ya existente.

La sostenibilidad comprende el contemplar cada aspecto de una construcción o rehabilitación para aprovechar todos los recursos disponibles, desde su ubicación hasta los materiales que se utilizan. Es por ello que el futuro profesional tiene ese planteamiento sobre lo que puede hacerse en un edificio tanto de obra nueva como de rehabilitación sostenible y su potencial: potencial de ahorro, potencial de respeto al medio ambiente, potencial de mejora de la vida de los futuros habitantes de esos espacios…

Aprovechar aspectos como ubicación, horas de sol, mejora de los materiales ya presentes o contemplar cuáles se van a incluir son aspectos que quien vaya a dedicarse a la sostenibilidad en proyectos arquitectónicos debe conocer. El ahorro energético en el consumo, el reciclaje o uso de nuevos materiales y considerar el entorno de la edificación son parte de lo que un proyecto de sostenibilidad deberá tener en cuenta.

El mayor valor que tiene sobre todo la sostenibilidad en la construcción es la proyección a futuro, sabiendo que es una forma, una filosofía que comprende la edificación como algo que se integra en los entornos y que no impone su presencia en el medio ambiente que le rodea (o rodeará) sino que es profundamente respetuoso y trata de minimizar su impacto, su huella de carbono. Es una tendencia no solo deseable sino necesaria para seguir viviendo en un planeta que cada vez más requiere de este tipo de edificación y comprensión sino también de profesionales expertos que puedan percibir y planificar esos entornos habitables como lugares integrados, respetuosos y sobre todo, únicos.

otoño y sostenibilidad

Sosteniblidad y aislamientos

El verano es un martillo de calor en muchas provincias que se abate contra los edificios, ventanas, interiores, con una luz clara y potente que suma grados al ambiente y en algunos lugares puede hacer el ambiente irrespirable

La localización y los vientos, las horas de sol y lo preparado que esté un edificio puede afectar enormemente a la percepción de ese verano a quienes habitan en su interior.

El aislamiento es fundamental independientemente de la época del año ya que es lo que permite que el interior tenga una buena temperatura regulada y que los esfuerzos que se hagan energéticamente en su climatización sean lo más efectivos posibles.

Por ello un edificio que tenga no solo un buen aislamiento sino que también tenga un diseño sostenible tendrá menos problemas para conservar ese esfuerzo energético, es decir, que su pérdida de energía ya sea en calefacción en invierno o en climatización y aire acondicionado en verano sea lo más eficiente posible. Esto se debe, entre otros factores, a su diseño y previsión. Tanto en vivienda de nueva construcción, que estarán muy optimizados, como en los que han sufrido rehabilitaciones de tipo sostenible, se aprovechará, en lo posible, el máximo de lo que el propio espacio proporcione (hay veces que la rehabilitación sostenible se ve limitada por las condiciones del inmueble).

arcilla expandida

Arcilla expandida, un aislamiento para tejados perfecto y sostenible.

Así, un edificio que sea sostenible en cualquiera de los dos supuestos, aprovechará una serie de factores críticos para la conservación de la energía que no solo tienen que ver con el aislamiento. Un edificio puede aprovechar, por su ubicación, sus horas de luz, pero también puede utilizar varias medidas como árboles o un aislamiento con láminas de rechazo de calor en las ventanas, en caso de estar expuestas al sol muchas horas al día; pero también las corrientes de aire que se generen en su interior y que puedan conducirse por un sistema adecuado para ahorrar climatización aprovechando el recurso natural que es la conducción de corriente.

Igualmente si llega el momento de usar tanto climatización como calefacción el edificio cuenta con una estructura que le permite que se minimice al máximo la pérdida de energía lo que se traduce, además en necesitar menos cantidad y consumir menos energía en sí dado que no hay pérdida al conservarse por el propio diseño y aislamientos.

La inversión en sostenibilidad y asilamiento es, en definitiva, una forma de ser responsables a la par que podemos comprobar de forma factible cómo esa inversión vuelve en forma de ahorro.

Solo hay que probarlo y en UC10 somos expertos en sostenibilidad certificada. ¡No dudes en consultarnos!

teletrabajo y sostenibilidad

Sostenibilidad en tiempos de pandemia: en qué se nota el hogar sostenible.

Con las medidas que se han ido adoptando para la preservación y control de la pandemia se ha determinado el hecho de permanecer en casa y el teletrabajo como fórmula de productividad.

¿Hay diferencia en este punto con un hogar sostenible?

Por supuesto, desde luego es algo a tener en cuenta.

Esta primavera se ha caracterizado por ser fresca, lluviosa incluso en algunos lugares como Granada, y ello puede disparar fácilmente el consumo eléctrico al hacer más frío, menos horas de sol que aprovechar para calentar la casa según su ubicación, unido a que, incluso con el cambio de hora de por medio, el clima no ha ayudado demasiado en algunas zonas.

El teletrabajo también es un factor a tener en cuenta ya que aunque no lo parezca, las horas laborables requieren más consumo eléctrico que cuando se trabajaba en la oficina, lo que hace que se note en la factura mensual. Ordenadores, luces, internet, calefacción hasta que fue necesaria, horas de luz… todo ello afecta al comportamiento energético de los hogares.

En un hogar sostenible, por ejemplo, las ventanas y puertas están preparadas para no perder energía del interior y que con poco, pueda calentarse una estancia sin necesidad de mucha tensión de los calefactores ya que no se pierde energía por los puentes térmicos (marcos de ventanas, puertas…). Además si se ha adaptado bien, las ventanas por ejemplo dejan pasar mucha luz y beneficiará de forma más eficiente a la hora de disponer menos de luz artificial.

Luz artificial que, por añadidura, en un hogar sostenible estará muy controlada con luminarias LED, incidencia  estudiada de los focos de luz para cansar menos la vista y que dote de calidez al espacio.

Además de esto, en un hogar sostenible se controla más el gasto energético de los equipos que hay en la vivienda, siendo de mejor eficiencia energética certificada además de que se cancela la energía residual gracias a temporizadores, regletas con interruptor y necesitar mucha menos energía gracias a las propias características de los aparatos.

¿Se notará en una vivienda sostenible, en su conjunto?

Considerando que puede ser tanto vivienda separada como parte de un edificio, sí, se notará mucho más. Ya comentamos que las viviendas sostenibles son un compromiso a medio largo plazo pero desde luego en una situación como ha sido y es la cuarentena, se nota más por el uso continuado de la propia vivienda y del consumo energético interno que está más estudiado, por no hablar de su proyección para con su propia huella de carbono.

Además, quizás esta situación de cuarentena que estamos viviendo, donde el teletrabajo ha mantenido la productividad en aquellos sectores que lo permitían, sea el desencadenante para que la fórmula del teletrabajo se implante más en nuestra sociedad, tal y como ya se viene haciendo en muchos países del norte de Europa, por lo que quizás sea el momento de invertir en la sostenibilidad de nuestros hogares.

luz sostenible

El consumo eléctrico inteligente en un hogar sostenible.

No solo la construcción sostenible hace que un hogar lo sea. El comportamiento de sus habitantes para con la responsabilidad que implica el consumo energético también es esencial a la hora de complementar lo que significa hacerse cargo de ese factor.

Los hogares sostenibles están preparados para tener un mínimo consumo, y aquello que consumen lo hacen mucho más eficiente gracias a las medidas tomadas tanto en el hogar propio como en el edificio; si este último es el caso, además, facilitará mucho más la eficiencia energética de todas las viviendas que lo compongan, en mayor o menor medida, en función de si es un edificio sostenible o rehabilitado para serlo (que no siempre tienen toda la disponibilidad de las medidas de eficiencia energética por sus propias características y la profundidad que se haya podido aplicar en la reforma.

Como decíamos, en muchos casos, recae en los propios usuarios de la vivienda la responsabilidad de ser eficientes y responsables con el consumo energético ya que nuestro comportamiento para con ello es lo que determinará que realmente estemos sacando partido a la situación ya las medidas de eficiencia energética que nos proporciona el hogar.

Cabe destacar que desde luego tendremos algunas ventajas, como por ejemplo que la calefacción y la climatización se requerirá mucho menos en la vivienda porque se aprovecharán al máximo las horas de sol mientras que la adecuada reforma hará que el viento incida menos en el propio edificio usando recursos naturales como árboles, por lo que se mantendrá mucho mejor la temperatura. Además, gracias a los aislamientos y las ventanas y puertas que impidan la pérdida de energía (los famosos puentes térmicos), aun gastaremos menos.

Pero, ¿qué pasa con nuestro comportamiento? ¿Y con la forma en la que utilizamos nosotros la energía, no ya los medios pasivos del hogar sostenible? Nos referimos a las costumbres de consumo, a la forma en que disponemos nuestros aparatos eléctricos, entre otras cosas. Cargadores, enchufes, electrodomésticos que pueden no estar certificados como los más eficientes, aparatos que permanecen en standby… gran parte de nuestro esfuerzo sostenible se puede perder por algo como eso, como no vigilar qué aparatos se quedan encendidos o en espera, cuáles no tienen una certificación que haga que su uso sea lo más eficiente posible, o aquellos que por fabricación se queden siempre consumiendo un mínimo de energía.

¿Realmente necesitamos supervisarlo todo?

Sí, desde luego, si queremos que la sostenibilidad sea un pilar de nuestro comportamiento para con nuestro entorno y que el vivir en un hogar sostenible o que quiera ganar en sostenibilidad sea lo más eficiente posible.

Para ello podemos recurrir a cambiar cuando podamos esos electrodomésticos que no tienen la mejor certificación energética, pensando siempre que se trata de una inversión a largo plazo puesto que en un principio puede parecernos que pagamos más por una nevera o una lavadora que parece casi igual a otra más barata. A la larga lo acabaremos notando. Igual es invertir en una forma fácil de controlar el gasto energético.

En realidad no necesitamos que la tele, la consola y demás estén conectados en standby continuamente, pero desenchufarlo todo puede parecernos un poco cansado. Así que podemos recurrir a algo tan sencillo como una regleta con interruptor que nos permitirá, sin tener que desenchufar nada, cancelar toda entrada energética en nuestros aparatos al irnos a dormir o a trabajar, sabiendo cuando se va a quedar la casa sin presencia que vaya a hacer uso de ellos. Algo tan sencillo como eso y recordar que los cargadores que no se estén usando deben desenchufarse y controlar cuántos aparatos se conecta a la vez puede ayudarnos mucho a controlar todo ese consumo o “microconsumo” que luego puede representar una diferencia para con nuestra factura energética. Lo mismo pasa con aparatos como el router que, cuando no estamos, siguen emitiendo su conexión. Apagarlo cuando no estamos nos protege del microconsumo tanto como de eliminar todo tipo de intentos de conexión por parte de los surfistas de la wifi.

Todas estas costumbres sostenibles , unidas a aprovechar las zonas con mayor luminosidad natural para situar nuestro lugar desde donde poder realizar el teletrabajo evitando así tener luces encendidas innecesariamente, puede hacer que la huella del coronavirus sea menor en nuestra factura energética.

sostenibilidad

Propósitos del año para un hogar sostenible.

A veces la mayor diferencia se hace con un pequeño gesto, gestos que no son más que actos de concienciación sobre lo que nos rodea, lo micro: nuestra casa, nuestro edificio, nuestra ciudad, y lo macro: como la situación climática, el mundo y la ecología, el futuro próximo, el que vamos a legar…

Esos pequeños gestos a veces pueden suponer esa diferencia. Y qué mejor momento que el principio de año y esa lista más o menos realista que nos ponemos de propósitos para empezar a sembrar.

¿Cómo hacer el hogar más sostenible?

Claro, lo primero que te viene a la cabeza es la palabra “gasto”. Hacer un hogar sostenible no siempre va a resultar barato… de entrada. Porque como ya hemos visto en otros post, una de las ventajas de la sostenibilidad en el hogar, adquirida (porque el edificio ya lo sea) o ganada (porque lo hacemos nosotros, en la medida de lo posible), es el ahorro que produce una vez que las medidas ya se han adoptado.

Luces: sustituir las bombillas fluorescentes e incandescentes (las bombillas de filamento de toda la vida) por bombillas de tecnología LED, iluminación indirecta… Lo importante es cambiarlo progresivamente para aprovechar la vida útil de cada componente.

Agua de ducha: un truco que te “sale gratis” es por ejemplo el almacenar el agua de la ducha que no sale caliente hasta que la caldera o termo arranque y dé el agua a la temperatura que queremos. Así esa agua la puedes aprovechar para regar plantas, para lavar o fregar…

Aislamiento: Los radiadores y estufas pierden mucha energía a través del suelo si no está bien aislado. Es un buen momento para plantearte poner una tarima flotante o parquet, y, si no podemos, poner alfombras aislantes en invierno para tapar la máxima cantidad de suelo posible.
En este apartado de aislamiento tenemos también las ventanas que es, quizás, la mejor inversión que puedes hacer: escoger un aislamiento sellado y de doble cristal. No te arrepentirás y ya no es tan caro.

Cisterna: cuando llegue el momento poner una cisterna de doble descarga ahorra muchísima agua.

Pintura: si te has planteado volver a pintar la casa puedes escoger pinturas más ecológicos sin añadidos sintéticos ni derivados del petróleo, ayudando así a sus productores y al medio ambiente, además de lo que ello representa para tu casa.

Electrodomésticos A++: siempre que te sea posible, si tienes que reponer un electrodoméstico, opta por uno con un certificado de gasto energético adecuado. El A++ te ahorra mucha energía en el uso del propio electrodoméstico.

Estos son algunos consejos para hacer más sostenible tu hogar, piso o casa. Hay mucho más que se puede hacer que también tiene que ver con los hábitos y con la forma de consumir, pero aquí te dejamos estas ideas como propósitos para este año 2020.

sostenibilidad en las ciudades

La sostenibilidad empieza en casa y acaba en la ciudad. El círculo.

Se dice que hay que procurar tener hogares sostenibles como un gesto hacia el futuro que nos lleve a un mejor equilibrio hacia lo que está por venir, donde según previsiones de la OCDE la población mundial crecerá y con ello, entre otras cosas, el aumento del CO2 debido al consumo de energía y eso repercutirá en el ecosistema y su delicado estado actual.

La sostenibilidad, como hemos dicho varias veces es una forma de responsabilizarse, de minimizar la huella de carbono y de representar esa mejora y esa forma de pensar que también se preocupa por el entorno más allá de una señal de “no tirar basura”.

Pero aun teniendo o procurando tener ese hogar sostenible, de nueva obra o rehabilitado (la rehabilitación sostenible hace todo lo posible por mejorar esa obra ya existente, pero no siempre se puede conseguir lo más óptimo), también las ciudades deberán adaptarse y realizar movimientos hacia la sostenibilidad responsable de los entornos.

¿Y qué tendrían que hacer las ciudades?

Hay que empezar por dos puntos fundamentales:

El primero, como siempre, es la de cuidar lo que nos rodea, regenerando, ayudando y potenciando la recuperación de masas verdes, la creación de más parques a modo de pequeños pulmones para la ciudad, limpieza de cauces de ríos y mantener lo que ya existe: bosques, sotomonte y zonas verdes.

Pero también hay un foco importante que es la educación. A través de ella, tanto de adultos como de las nuevas generaciones, se debe ir hacia un horizonte donde se deje de lado la mentalidad anterior de “Todo se puede con más petróleo de por medio”, deshaciendo la dependencia de dichos recursos no renovables, y educar hacia la responsabilidad, impulsando medidas y explicando la importancia de las energías renovables, de la movilidad sostenible y limpia, de la compra local y de proximidad, de hacer que las nuevas construcciones sean cada vez más deseables en tanto que sostenibles. La responsabilidad de mantener los espacios naturales y la irresponsabilidad de la contaminación.

Es una búsqueda de lo más racional, de lo comprometido, de lo que nos vuelva a integrar con el entorno sin perder nuestra entidad urbanita. Y desde UC10 apoyamos estas iniciativas y luchamos con nuestro trabajo para hacer de la sostenibilidad un estándar necesario para entender el mundo y nuestra relación con él.

sostenibilidad

Los pequeños gestos de sostenibilidad

A veces los pequeños gestos tienen más efectos que las grandes campañas de concienciación. No se trata de ir de puerta a puerta hablando de los beneficios de la sosteniblidad y la conciencia ecológica. En la rehabilitación sostenible de edificios, muchas veces, una simple conversación puede hacer más que una gran campaña publicitaria. Porque el factor humano importa.

Es más efectivo mostrar. Mostrar que los edificios con un adecuado aislamiento, aunque sean de antigua construcción mejoran enormemente la calidad de vida de sus habitantes. Que los jardines que se pueden habilitar en terrazas, ojos de patio, azoteas, ayudan a reducir las temperaturas a crear pequeños pulmones verdes que, si se fueran esparciendo, ayudarían en mucho a arreglar y mejorar el entorno incluso de las grandes ciudades.

A fin de cuentas la sosteniblidad no es solo para los edificios de obra nueva, con un presupuesto millonario y una ubicación privilegiada o con mucho potencial. Se puede aplicar igualmente a los edificios ya construidos y con una empresa de rehabilitación sostenible debidamente certificada, optar por convertirlos, más con gestos que con conceptos, en edificios más sostenibles, responsables, adecuados. Y a la vista de los demás. Porque ese pequeño gesto de cambiar aislamientos, sustituir luces por LEDs, cambiar los acristalamientos por otros más aislantes que reduzcan la ruptura del puente térmico, ese hecho es más convincente que cualquier folleto.

Porque la sostenibilidad se ve, igual que se ve la contaminación. Se ve que es una inversión, pero también que es una apuesta de futuro. Las placas solares o la energía aerotérmica son formas de concienciarse y formalizar esa apuesta.

El mundo cambia, evoluciona, la sostenibilidad ya no es una opción, tiene que convertirse en una necesidad para poder paliar lo que vemos, lo que respiramos, para tener ciudades cada vez más responsables y adaptadas a los cambios actuales y futuros y en nuestra concienciación, en nuestros pequeños pasos, está el cambio.

rehabilitación sostenible de edificios

Oiga, que mi edificio no es sostenible. ¿Puedo cambiarlo?

La rehabilitación sostenible de edificios no siempre es fácil. Y cuando nos hemos dado cuenta de todos los beneficios que supone la sostenibilidad, y lo ideal que resulta para el medio ambiente por todas las razones que hemos enumerado incansablemente (y seguiremos enumerando en este blog), nos damos cuenta de que no estamos viviendo en un edificio que lo sea. Y claro, nos entristece. Porque estamos dispuestos a la inversión a crear un entorno mejor, nos encanta el concepto y el desarrollo de esa tecnología y esa finalidad eficiente.

Si vivimos en un edificio que no es sostenible, ¿qué puedo hacer?
Empezar por lo pequeño. Sabemos que cambiar la mentalidad de una comunidad de vecinos no es fácil. Donde no hay dos que tomen el café igual, hablar de un desembolso importante con vistas a futuro y con promesas de lo que supone a medio-largo plazo la sostenibilidad puede ser el hueso más duro de roer. Pero se puede empezar por lo pequeño, como hemos dicho: por lo propio.

Ya estamos dispuestos a hacerlo, y lo podemos hacer en nuestra vivienda. La sostenibilidad y eficiencia energética hará que cambien totalmente el lugar. Aislamientos en ventanas, paredes, techos, en la terraza y en la iluminación, la calefacción, el agua y el termo. Todo aquello que podamos afrontar o ir haciendo poco a poco. Ventanas primero, aislamiento de paredes y suelos…

A veces predicar con el ejemplo (y demostrando el ahorro efectivo) puede impulsar a otros a hacerlo. Hablar de los beneficios y mostrarlos puede ser incluso más eficaz. Y ya sabemos que muchas veces las personas funcionan por imitación.

Impulsar la creación de una zona verde común hablando de sus beneficios, como el control de la sombra, la luz y el beneficio que supone para controla la temperatura del edificio.

Podríamos hacer incluso una serie sobre estos puntos. Quizás lo hagamos. Pero ya sabes: si quieres que la sostenibilidad esté presente en tu edificio, si sabes que puede beneficiar y que poco a poco quieres implementarla en tu vida y tu entorno, estás en el blog adecuado.

Iremos hablando de cositas, pasos, por los que se puede empezar para plantear la sostenibilidad, para ti y para los demás. Porque todo lo que hagas más sostenible, es mejor para tu vida y tu entorno. Y lo verás.

aislamiento de fachadas

Sostenibilidad en Invierno

Cuando llega el frío es normal que la factura de luz se nos dispare. A fin de cuentas queremos tener nuestro hogar caliente para disfrutar de él en las horas de mayor frío del exterior.

Pero en muchas ocasiones nos influye el hecho de no tener nuestra casa, piso, apartamento, estudio, nuestro hogar, realmente a prueba del frío. No es sostenible. ¿En qué se diferencia uno sostenible de otro que aún no ha sido reformado de forma sostenible o que no ha sido creado teniendo en cuenta las recomendaciones de sostenibilidad?

En muchos puntos:

Económicamente: si el edificio no ha corregido muchos de los puentes térmicos, si no tiene las paredes exteriores bien aisladas, acristalamientos dobles, si no ha contemplado los puntos esenciales de la sosteniblidad, todo el calor que se produzca en su interior será ineficaz y tenderá a dispersarse y a necesitar más y más energía para calentar la misma área. En cambio un lugar sostenible aprovechará al máximo cada ápice de calor puesto que está perfectamente aislado, lo que le permite necesitar menos energía para calentar la misma cantidad de metros cuadrados.

Energéticamente: la demanda energética en un edificio no sostenible, tanto de nueva obra como antigua no reformada acorde a las especificaciones de lo sostenible y responsable hace que no se aproveche tanto la parte más pasiva de la energía como la producida de forma activa. Así, no aprovechará las horas de sol para calentar el lugar debido a la orientación. Tampoco el aislamiento será eficaz y la energía que se produzca en el interior puede salir a través de la ruptura de puente térmico, esto es, el aislamiento ineficaz de puertas y ventanas.

Aprovechamiento: y es que solo el tener una ventilación natural y pensada en todo el edificio puede ayudar a eliminar humedades, puntos negros tantos de pérdida de energía como de habitabilidad, mejorando el entorno.

Naturaleza cercana: algo tan sencillo como un pequeño jardín puede beneficiar a todo el edificio y a ayudar a mantener las temperaturas, siendo especialmente trascendente en verano, para dar sombra, y en invierno para impedir el impacto de los vientos más fríos. Las ventajas nos las dio la naturaleza hace tiempo. Y si esta naturaleza es autóctona del lugar donde estemos construyendo o reformando, mejor, por su mínimo mantenimiento debido a que son especies que están aclimatadas a la zona y lo que permitirá consumir menor recursos de la naturaleza.

La sostenibilidad no es algo simplemente deseable: es algo a lo que aspirar. Por nosotros, por nuestro entorno. Vale, también un poco por nuestro bolsillo, por qué no decirlo, si es cierto. Y es que la cadena de lo sostenible empieza con una pequeña acción y acaba teniendo repercusiones en todo lo que nos rodea.

arquitectura bioclimática

Arquitectura bioclimática en el pasado.

Porque no lo hemos inventado ahora, la verdad. La sostenibilidad es algo que se ha descubierto y redescubierto muchas veces. La arquitectura bioclimática, pese a su nombre moderno y futurista, es el término que se utiliza para hablar de cierto tipo de sostenibilidad arquitectónica que aprovecha diversos factores a la hora planificar la construcción.

Podemos encontrar antecedentes notables de este tipo de construcción, la arquitectura bioclimática, en la antigua Grecia, China y Roma. Vamos que no nos lo hemos sacado de la manga sino que hemos aprendido de los mejores, aquellos que ya, con sus medios, empezaron a pensar en cómo sacar mejor partido a la ubicación de sus edificaciones y que les permitiera maximizar las horas de luz, el calor, el viento y el terreno. Y es que de eso va la arquitectura bioclimática.
Ya lo decía Sócrates (siempre a través de Platón), cuando hablaba de que en las casas orientadas a sur el sol entraba por el pórtico cuando era invierno y en verano el arco del sol se eleva por encima del tejado y ello provocaba sombra. Esto, que es de lógica observacional y fue asentado más tarde por Aristóteles, sentaría las bases del aprovechamiento de ubicación en la arquitectura coetánea y del futuro. Palabras históricas también podemos encontrarlas en Vitruvio y sus “Diez libros de arquitectura” donde enunciaba que “una casa para Egipto no es adecuada para Roma”, en atención a las técnicas y el aprovechamiento de la ubicación.

En este tipo de arquitectura bioclimática, los materiales, además de la ubicación, también influyen. En Roma se usaban materiales en sus baños y termas con base de mica para crear capas que absorbieran el calor exterior y lo dispusieran, para mayor confortabilidad de su interior.
Otro factor más es el uso de los materiales del entorno donde se va a realizar la construcción. Ya sean cuevas o tejados de tepe aislante iguales a la vegetación que se extiende en los alrededores.

Si observamos estos factores: ubicación, orientación, materiales, tenemos los principios en los que se apoya la arquitectura bioclimática sostenible actual, donde podemos encontrar que los materiales son siempre lo más inocuos para el medio ambiente posible, con proliferación de plantas y cubiertas vegetales (como las cubiertas de tepe de las cabañas escandinavas); la orientación, que determinará el aprovechamiento de la luz, la ventilación pasiva y natural; la ubicación, que también determinará los elementos disponibles, las ventajas, ya sea en la rehabilitación sostenible de un edificio como en una construcción de nueva obra, para determinar todo lo que puede ser una ventaja y representar un ahorro, así como reducir al máximo la huella de carbono, así como las necesidades de aislamiento, los puentes térmicos, además de los elementos que van a intervenir en el edificio para su iluminación y climatización más efectiva.

Los árabes aprovecharon las ideas romanas del patio interior, que la arquitectura regional andaluza aprovechó, con fuentes – compluvios, plantas y sombra para reducir el calor meridional.

Hay muchos ejemplos más de ese pasado, de toda la historia de la arquitectura bioclimática que, hasta mediados del siglo XX imperaba y que se dejó de lado con la proliferación de los combustibles fósiles y la estandarización de la construcción que usó de esos combustibles fósiles para las climatizaciones e iluminación artificial más masiva.

Ahora hemos retomado en muchos puntos, en un ejercicio de redescubrimiento todos esos factores de la arquitectura bioclimática que nos llevan hasta la sostenibilidad más responsable y que es un ejercicio de responsabilidad, tanto en las nuevas obras como en la rehabilitación sostenible de edificios.

Links:
https://pedrojhernandez.com/2014/03/01/antecedentes-historicos-de-la-arquitectura-bioclimatica/
https://www.cubasolar.cu/biblioteca/energia/Energia22/HTML/articulo07.htm
https://www.arqhys.com/construcciones/historia-arquitectura-bioclimatica.html