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luz sostenible

El consumo eléctrico inteligente en un hogar sostenible.

No solo la construcción sostenible hace que un hogar lo sea. El comportamiento de sus habitantes para con la responsabilidad que implica el consumo energético también es esencial a la hora de complementar lo que significa hacerse cargo de ese factor.

Los hogares sostenibles están preparados para tener un mínimo consumo, y aquello que consumen lo hacen mucho más eficiente gracias a las medidas tomadas tanto en el hogar propio como en el edificio; si este último es el caso, además, facilitará mucho más la eficiencia energética de todas las viviendas que lo compongan, en mayor o menor medida, en función de si es un edificio sostenible o rehabilitado para serlo (que no siempre tienen toda la disponibilidad de las medidas de eficiencia energética por sus propias características y la profundidad que se haya podido aplicar en la reforma.

Como decíamos, en muchos casos, recae en los propios usuarios de la vivienda la responsabilidad de ser eficientes y responsables con el consumo energético ya que nuestro comportamiento para con ello es lo que determinará que realmente estemos sacando partido a la situación ya las medidas de eficiencia energética que nos proporciona el hogar.

Cabe destacar que desde luego tendremos algunas ventajas, como por ejemplo que la calefacción y la climatización se requerirá mucho menos en la vivienda porque se aprovecharán al máximo las horas de sol mientras que la adecuada reforma hará que el viento incida menos en el propio edificio usando recursos naturales como árboles, por lo que se mantendrá mucho mejor la temperatura. Además, gracias a los aislamientos y las ventanas y puertas que impidan la pérdida de energía (los famosos puentes térmicos), aun gastaremos menos.

Pero, ¿qué pasa con nuestro comportamiento? ¿Y con la forma en la que utilizamos nosotros la energía, no ya los medios pasivos del hogar sostenible? Nos referimos a las costumbres de consumo, a la forma en que disponemos nuestros aparatos eléctricos, entre otras cosas. Cargadores, enchufes, electrodomésticos que pueden no estar certificados como los más eficientes, aparatos que permanecen en standby… gran parte de nuestro esfuerzo sostenible se puede perder por algo como eso, como no vigilar qué aparatos se quedan encendidos o en espera, cuáles no tienen una certificación que haga que su uso sea lo más eficiente posible, o aquellos que por fabricación se queden siempre consumiendo un mínimo de energía.

¿Realmente necesitamos supervisarlo todo?

Sí, desde luego, si queremos que la sostenibilidad sea un pilar de nuestro comportamiento para con nuestro entorno y que el vivir en un hogar sostenible o que quiera ganar en sostenibilidad sea lo más eficiente posible.

Para ello podemos recurrir a cambiar cuando podamos esos electrodomésticos que no tienen la mejor certificación energética, pensando siempre que se trata de una inversión a largo plazo puesto que en un principio puede parecernos que pagamos más por una nevera o una lavadora que parece casi igual a otra más barata. A la larga lo acabaremos notando. Igual es invertir en una forma fácil de controlar el gasto energético.

En realidad no necesitamos que la tele, la consola y demás estén conectados en standby continuamente, pero desenchufarlo todo puede parecernos un poco cansado. Así que podemos recurrir a algo tan sencillo como una regleta con interruptor que nos permitirá, sin tener que desenchufar nada, cancelar toda entrada energética en nuestros aparatos al irnos a dormir o a trabajar, sabiendo cuando se va a quedar la casa sin presencia que vaya a hacer uso de ellos. Algo tan sencillo como eso y recordar que los cargadores que no se estén usando deben desenchufarse y controlar cuántos aparatos se conecta a la vez puede ayudarnos mucho a controlar todo ese consumo o “microconsumo” que luego puede representar una diferencia para con nuestra factura energética. Lo mismo pasa con aparatos como el router que, cuando no estamos, siguen emitiendo su conexión. Apagarlo cuando no estamos nos protege del microconsumo tanto como de eliminar todo tipo de intentos de conexión por parte de los surfistas de la wifi.

Todas estas costumbres sostenibles , unidas a aprovechar las zonas con mayor luminosidad natural para situar nuestro lugar desde donde poder realizar el teletrabajo evitando así tener luces encendidas innecesariamente, puede hacer que la huella del coronavirus sea menor en nuestra factura energética.