Qué es la construcción sostenible
Construcción sostenible: ¿qué es y qué supone para los habitantes de las ciudades?
Hoy en día hay muchas empresas de construcción que se comprometen con la construcción sostenible, y todo son buenas palabras e intenciones hasta que llega el momento del desarrollo de la obra en sí.
Sin embargo hay otras que no solo se comprometen con ello sino que además dan un paso más allá y obtienen las certificaciones oportunas para demostrar dicha construcción sostenible para sus proyectos. Y eso es algo deseable, desde luego a la hora de buscar una constructora comprometida realmente tanto para obra nueva como para reformas y mantenimiento. Pero, ¿qué es la construcción sostenible?
Por construcción sostenible se entiende todo sistema que, a la hora de realizar las arquitecturas y construcciones observan una serie de preceptos y condiciones para que la labor constructora y el resultado supongan un mínimo impacto ecológico, optimizando los recursos sostenibles, reudciendo al máximo el impacto medioambiental y todo ello sin renunciar a la comodidad y a las necesidades reales tanto de calidad como de vida de los futuros habitantes. Todo ello se basa en conservar y respetar esos recursos naturales, el uso de materiales reciclables de alta calidad y observar y controlar la huella de carbono tanto actual como futura que produce no solo la existencia de la construcción, sino también su realización, extrapolándose ese control y esa necesidad incluso al transoporte y soporte técnico durante la realización del proyecto. Todo ello busca además reducir la demanda de energía necesaria para el mantenimiento, uso y construcción de la edificación o proyecto concreto.
Por ello la construcción sostenible se basa en preceptos como:
Ahorro de recursos: reutilización de aguas pluviales, aguas grises, uso de la luz natural para la iluminación, reciclaje de materiales y sobre todo la eficiencia de energía para minimizar el impacto medioambiental.
Abaratamiento de costes: si bien la construcción supone un incremento del coste en su realización, el retorno de dicha inversión beneficia al usuario final del edificio que en un corto periodo de tiempo (en concepciones arquitectónicas, esto es unos siete a quince años), puede ver cómo la energía consumida es mucho menor que en otras construcciones sin dicha certificación (y también dependiendo del tipo de edificio.
Ahorro de energía: que es observable debido al sistema de construcción en fachadas, cubiertas de baja transmisión térmica, usando en contraste también los sistemas de refresco natural (sombra) del edificio tanto exterior como interior, la ventilación del mismo, etc.
Impacto de los materiales sostenibles: son aquellos materiales que, una vez usados, suponen un beneficio en reciclaje; también su origen influye ya que, en busca de esa construcción sostenible, se demandarán materiales más comprometidos con el medio ambiente y que supongan un buen uso de los mismos y un reciclaje final que ayude a minimizar la huella de carbono y maximizar el beneficio para el medio ambiente, como hemos dicho.
Pero también hay que tener en cuenta que la construcción sostenible tiene como objetivo no suponer un impacto visual al entorno-paisaje, sino buscar el equilibrio para integrarse mejor al ambiente natural y evitar la concentración de calor que muchos materiales modernos propician como el hormigón, proporcionando espacios verdes que ayuden a rebajar las sensaciones térmicas; a la par que conseguir adaptarse a las necesidades de los usuarios presentes y futuras.