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El compromiso de lo sostenible

El mundo es un lugar que tenemos que compartir entre todos, eso está claro. Vivimos juntos en él.

En muchas ocasiones, durante nuestro periplo vital, nos toca vivir en edificios construidos en otros tiempos, con otros objetivos en mente, y uno de ellos, desde luego, no era la sostenibilidad. Aunque ahora se demanden los certificados de eficiencia energética hasta para el alquiler, no quiere decir que el edificio en sí, que pude tener fácilmente veinte o treinta años, esté preparado para ello.

Por supuesto los beneficios de un edificio sostenible no se pueden implementar totalmente en una construcción de estas características, pero sí podemos hacer que poco a poco se conciencien tanto vecinos como propietarios (no siempre son los mismos), para introducir pequeños cambios, para luchar poco a poco hacia el compromiso con lo sostenible.

Este compromiso se puede alcanzar gracias a las rehabilitaciones que tarde o temprano hay que acometer, de manos de una empresa que tenga como objetivo no solo rehabilitar el edificio en sí, sino además, hacerlo sostenible.

Y es que es esta sostenibilidad lo que nos supone es un compromiso hacia el futuro. Ya vivamos en un edificio que lo es tanto como en uno que no y queramos llevarlo hacia esa senda con una rehabilitación, el coste monetario a afrontar supondrá solo el menor de los males si no se rehabilitara. Porque queremos lo mejor para nosotros y para nuestro entorno, y ese compromiso en lo energético, en lo práctico y útil, en lo sostenible, es lo que nos puede orientar a hacer las cosas cada vez un poco mejor.

Porque al final, el mundo es el lugar que tenemos que compartir entre todos. Los que están y los que estarán. Y, sinceramente, un edificio sostenible, al final, es un lugar más fácil donde vivir.