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Trabajo en un edificio saludable, la sostenbilidad en el ambiente laboral.

Es una tarde soleada de principios de otoño, ese momento indeciso entre que se apaga el verano y las luces más duras y grises de la estación previa al invierno llegan y te van abrazando poco a poco, asentándose como una rutina más.

M mira a su alrededor. La oficina está en silencio, amortiguado por las luces más tenues a esa hora y los puestos de los compañeros, cuyos ordenadores ya no se quedan encendidos toda la noche sino que son apagados progresivamente.
La rehabilitación de la oficina le ha sentado bien. Ahora el lugar, que es un edificio que ya tiene sus —bastantes— años. Ahora esas corrientes de aire que acudían por puertas y ventanas ya son historia, dejando que el lugar se caldee adecuadamente en lo más duro del invierno sin llegar a ser sofocante “para compensar” esas corrientes heladas que venían de la sierra.

Si se levanta y va hasta las ventanas sabe que ya no serán esas láminas poco menos que de hielo en invierno o crisoles ardientes en verano: la ventana ahora aislada y de doble cristal templado hace que el aislamiento sea más eficaz, y no teme soltar vahos de helor al acercarse, dejando detrás de sí el calor de la calefacción.

Ha mejorado mucho. Esos mismos cristales aprovechan mucho mejor su aislamiento y dejan entrar la luz solar pero no el calor asfixiante estival, como ha podido comprobar en los últimos meses. Igualmente el exterior ha sido reformado, los aislamientos interiores también y el aire acondicionado no ha tenido que funcionar como un congelador con la puerta abierta sino que se ha mantenido a una temperatura mucho más agradable climatizando adecuadamente el interior mientras que reciclaba el propio aire interior que se iba acumulando por el paso de las horas con el personal allí.

 

 

Rehabilitar un edificio y hacerlo más sostenible aprovechando factores de su propia estructura como la ubicación, el impacto de la climatología en él y todos los aspectos más favorables del mismo para incluir las mejoras pertinentes, desde el cambio de pintura al aislamiento de puertas, paredes y ventanas, cuidar el interior y hacerlo acústicamente más agradable, eliminando esa contaminación por ruidos y emisiones electromagnéticas.

M no cree que haya mejorado solo el edificio: ha sido una apuesta por la consciencia y aportar un grano de arena al Todo en el que nos encontramos. Ojalá más edificios lo hagan poco a poco. Rehabilitar de forma sostenible como compromiso de futuro.
Será mejor que salga ya, que se hace tarde. Aunque se esté mejor aquí dentro que en la calle. Rumbo a casa.