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¿Puede un jardín ser sostenible?

¿Puede un jardín ser sostenible?

En muchas ocasiones hemos hablado de los edificios sostenibles, de la rehabilitación con visos a la sostenibilidad para reformar edificios o apartamentos más antiguos que no se crearon con esa perspectiva que ahora mismo nos preocupa mucho más.

En este tipo de construcción la integración de “el verde” es decir de los elementos naturales también tiene mucha importancia, tanto las que se incluyen en el interior de edificios como oficinas o urbanizaciones como las que se disponen en el exterior para crear aislamiento (deflecta el viento, por lo que ayuda a que el aire no impacte de lleno en la fachada/pared, y disminuye el impacto de la lluvia), o incluso otros elementos que se plantan para proteger el anonimato de quienes viven en la edificación.

La creación de jardines y el paisajismo tiene mucho que ver con la comprensión de los elementos del entorno, del propio clima circundante y también de las ventajas que implica un jardín para una casa, chalet, e incluso para una urbanización, pudiendo además ser más sostenible de lo que imaginamos.

Algunos pueden considerar que la creación e instalación de un jardín solo conlleva un coste y que la sostenibilidad no tiene cabida en un elemento donde solo parece que hay gastos de elementos como agua e incluso espacio.

Pero sí, los jardines pueden ser no solo sostenibles en sí, en su mantenimiento, sino que también pueden ser elementos que ayuden a tener un entorno mucho mejor y más responsable.

Los jardines sostenibles son aquellos en los que se elig conscientemente entre otros la gestión del agua a través de la elección de un sistema de riego eficiente, tanto para interior como para exterior, aprovechando tanto la humedad ambiental como la recogida de aguas de lluvia, la sombra y la luz, orientando las plantas que más la necesitan a los puntos más iluminados dejando las de sombra en los lugares ideales.

Además, utiliza, si el jardín es exterior, semillas de polinización abierta y cultivos tradicionales, evitándose la plantación indiscriminada de plantas no autóctonas y de especies de alto requerimiento como el césped.

Recogiendo las ramas, hojas e incluso pequeños insectos para el compostaje podemos reciclar la materia muerta y así tener una fuente de nutrición para el jardín 100% gratuita y natural.

Se pueden crear jardines responsables orientados a aves, donde podremos disfrutar de fauna local que además se alimente de las plantas especialmente escogidas que instalemos, ayudando nosotros así a la naturaleza de alrededor disfrutando de la presencia de esos animales sin perturbarlos.

Árboles y arbustos, bien escogidos, pueden ser elementos tanto decorativos como colaboradores para el aislamiento del edificio ayudando a disminuir la temperatura en verano gracias a la sombra y la humedad como protegiendo de los peores efectos del invierno como escudo natural y a la vez se pueden coordinar con otras plantas dispuestas alrededor que aprovechen también estos factores.

El agua es un tema muy importante y el jardín sostenible aprovechará en gran medida este factor, tanto el agua ambiental (humedad, rocío, lluvias) como los riegos más eficientes escogidos especialmente para beneficiar al jardín. En este sentido la selección de especies juega también un factor importante a la hora  minimizar el consumo de agua para el mantenimiento del jardín, eligiendo preferiblemente especies autóctonas de la zona.

Como veis el jardín puede ser sostenible, y puede colaborar a su vez en la sostenibilidad y ser un elemento atractivo, de disfrute y al mismo tiempo que un factor que ayude en nuestro compromiso con el medio ambiente.

 

jardines sostenibles

La importancia del jardín en la edificación sostenible

El jardín, ese espacio verde en una edificación comprometida con la sostenibilidad tiene un propósito claro, un motivo por el que enclavarlo en ella y aprovechar los beneficios que pueden traer consigo, y que se deben contemplar tanto en una edificación de obra nueva como en una rehabilitación que se encamine hacia ese compromiso con la sostenibilidad.

Esos beneficios son:

Control de la temperatura del edificio: la presencia de plantas y zonas verdes influye en la absorción de radiación por parte de ciertas zonas del edificio, contribuyendo a la reducción de temperatura con el efecto de sombreamiento, sobre todo en zonas donde el sol dé de lleno, produciendo así un alivio de la temperatura y reduciendo la necesidad de la activación de sistemas acondicionados y además reducen las pérdidas energéticas. En invierno, además, reduce la velocidad de impacto del viento sobre la fachada, por lo que contribuye al ahorro energético.

Mejora la calidad del aire circundante: como efecto derivado de la fotosíntesis los jardines circundantes ayudan a purificar el entorno  al absorber el CO2 y producir oxígeno. Disponer de un jardín sostenible es también una mejora para las personas con problemas respiratorios para con la polución ambiental.

Un jardín que puede además ser alimentado con agua de lluvia y suponer incluso el reciclaje de las aguas grises filtradas contribuye a la sostenibilidad del edificio y al mantenimiento de su entorno, colaborando ecológicamente además de aportar soluciones y beneficios con su presencia.

Estos jardines se han visto mejorados gracias a técnicas como el jardín vertical o a su implementación en las azoteas, donde se convierten en un lugar de esparcimiento y aporte de color frente al habitual entorno con poca o nula utilidad de estas superficies de los edificios.

Un jardín puede suponer una gran diferencia en un edificio, en definitiva, para su mejora, y la mejora de la calidad de vida de sus ocupantes.