aislamientos

Trabajo en un edificio saludable, la sostenbilidad en el ambiente laboral.

Es una tarde soleada de principios de otoño, ese momento indeciso entre que se apaga el verano y las luces más duras y grises de la estación previa al invierno llegan y te van abrazando poco a poco, asentándose como una rutina más.

M mira a su alrededor. La oficina está en silencio, amortiguado por las luces más tenues a esa hora y los puestos de los compañeros, cuyos ordenadores ya no se quedan encendidos toda la noche sino que son apagados progresivamente.
La rehabilitación de la oficina le ha sentado bien. Ahora el lugar, que es un edificio que ya tiene sus —bastantes— años. Ahora esas corrientes de aire que acudían por puertas y ventanas ya son historia, dejando que el lugar se caldee adecuadamente en lo más duro del invierno sin llegar a ser sofocante “para compensar” esas corrientes heladas que venían de la sierra.

Si se levanta y va hasta las ventanas sabe que ya no serán esas láminas poco menos que de hielo en invierno o crisoles ardientes en verano: la ventana ahora aislada y de doble cristal templado hace que el aislamiento sea más eficaz, y no teme soltar vahos de helor al acercarse, dejando detrás de sí el calor de la calefacción.

Ha mejorado mucho. Esos mismos cristales aprovechan mucho mejor su aislamiento y dejan entrar la luz solar pero no el calor asfixiante estival, como ha podido comprobar en los últimos meses. Igualmente el exterior ha sido reformado, los aislamientos interiores también y el aire acondicionado no ha tenido que funcionar como un congelador con la puerta abierta sino que se ha mantenido a una temperatura mucho más agradable climatizando adecuadamente el interior mientras que reciclaba el propio aire interior que se iba acumulando por el paso de las horas con el personal allí.

 

 

Rehabilitar un edificio y hacerlo más sostenible aprovechando factores de su propia estructura como la ubicación, el impacto de la climatología en él y todos los aspectos más favorables del mismo para incluir las mejoras pertinentes, desde el cambio de pintura al aislamiento de puertas, paredes y ventanas, cuidar el interior y hacerlo acústicamente más agradable, eliminando esa contaminación por ruidos y emisiones electromagnéticas.

M no cree que haya mejorado solo el edificio: ha sido una apuesta por la consciencia y aportar un grano de arena al Todo en el que nos encontramos. Ojalá más edificios lo hagan poco a poco. Rehabilitar de forma sostenible como compromiso de futuro.
Será mejor que salga ya, que se hace tarde. Aunque se esté mejor aquí dentro que en la calle. Rumbo a casa.

aislamiento térmico sostenible

Aislamiento térmico sostenible en Granada

Aislamiento térmico sostenible: ¿Qué necesita?

Una de las principales preocupaciones a la hora tanto de la vivienda nueva como de la rehabilitación sostenible reside en el tipo de aislamiento térmico sostenible que vamos a instalar en ella, ya que en función de la localización no nos va a valer cualquiera.

Como es lógico cada ubicación tiene unas necesidades concretas e, incluso, la orientación de la vivienda o bloque de viviendas, puede influir también en el tipo de aislamiento térmico sostenible. No es lo mismo instalar un aislamiento para inviernos duros en una edificación orientada al norte que otra que necesite aislarse más del sol porque tiene una orientación sur, muchas horas de luz en verano y cuyo exterior no acompañe para disipar el calor.

Existen aislantes térmicos ecológicos y sostenibles que pueden ayudar, en función de la construcción, uniendo a su factor de funcionalidad el hecho de ser ecológico y de algunos beneficios aparejados que superan los de las lanas minerales:

  • Su durabilidad
  • El ser reciclables y biodegradables cuando acaba su vida útil,
  • No tener componentes tóxicos ni plásticos, derivados del petróleo.
  • El compromiso para su mínimo consumo de energía en la fabricación del aislante
  • La gran capacidad para el aislamiento térmico además con una baja conductividad. Es decir, que son malos transmisores/conductores del calor, por lo que la pérdida del que se genera en el interior es mínima (conductividad térmica).

Elementos ecológicos y sostenibles como el corcho tratado a presión, (sin cola), la lana de oveja que es además un gran regulador natural de la temperatura y que es 100% ecológico y renovable. El cáñamo es una fibra que además observe el CO2 de forma natural durante su crecimiento por lo que además supone un intercambio de huella de carbono a nuestro favor al usarlo.

El lino también es un cultivo y que no necesita tratamientos adicionales tras su recolección y que es muy estable, además de aislante acústico, también, aunque, eso sí, no se recomienda para ambientes húmedos.

La celulosa que proviene del reciclaje del papel puede resultar, tras molerlo y tratarlo con sales de bórax, que lo hacen especialmente resistente a los insectos y hongos, además de ignífugo, se convierte en un gran aislante térmico sostenible, además de proteger también en el ámbito acústico.

Hay más soluciones ecológicas y sostenibles para el aislamiento térmico sostenible, tanto en nueva construcción como en la rehabilitación de edificios de forma sostenible pero realmente lo que hay que plantearse es el valor real que tiene ese compromiso con la sostenibilidad al optar por ella para hacer los aislantes térmicos de la construcción: es un compromiso con generaciones futuras y con el Medio Ambiente.

otoño y sostenibilidad

Sosteniblidad y aislamientos

El verano es un martillo de calor en muchas provincias que se abate contra los edificios, ventanas, interiores, con una luz clara y potente que suma grados al ambiente y en algunos lugares puede hacer el ambiente irrespirable

La localización y los vientos, las horas de sol y lo preparado que esté un edificio puede afectar enormemente a la percepción de ese verano a quienes habitan en su interior.

El aislamiento es fundamental independientemente de la época del año ya que es lo que permite que el interior tenga una buena temperatura regulada y que los esfuerzos que se hagan energéticamente en su climatización sean lo más efectivos posibles.

Por ello un edificio que tenga no solo un buen aislamiento sino que también tenga un diseño sostenible tendrá menos problemas para conservar ese esfuerzo energético, es decir, que su pérdida de energía ya sea en calefacción en invierno o en climatización y aire acondicionado en verano sea lo más eficiente posible. Esto se debe, entre otros factores, a su diseño y previsión. Tanto en vivienda de nueva construcción, que estarán muy optimizados, como en los que han sufrido rehabilitaciones de tipo sostenible, se aprovechará, en lo posible, el máximo de lo que el propio espacio proporcione (hay veces que la rehabilitación sostenible se ve limitada por las condiciones del inmueble).

arcilla expandida

Arcilla expandida, un aislamiento para tejados perfecto y sostenible.

Así, un edificio que sea sostenible en cualquiera de los dos supuestos, aprovechará una serie de factores críticos para la conservación de la energía que no solo tienen que ver con el aislamiento. Un edificio puede aprovechar, por su ubicación, sus horas de luz, pero también puede utilizar varias medidas como árboles o un aislamiento con láminas de rechazo de calor en las ventanas, en caso de estar expuestas al sol muchas horas al día; pero también las corrientes de aire que se generen en su interior y que puedan conducirse por un sistema adecuado para ahorrar climatización aprovechando el recurso natural que es la conducción de corriente.

Igualmente si llega el momento de usar tanto climatización como calefacción el edificio cuenta con una estructura que le permite que se minimice al máximo la pérdida de energía lo que se traduce, además en necesitar menos cantidad y consumir menos energía en sí dado que no hay pérdida al conservarse por el propio diseño y aislamientos.

La inversión en sostenibilidad y asilamiento es, en definitiva, una forma de ser responsables a la par que podemos comprobar de forma factible cómo esa inversión vuelve en forma de ahorro.

Solo hay que probarlo y en UC10 somos expertos en sostenibilidad certificada. ¡No dudes en consultarnos!

teletrabajo y sostenibilidad

Sostenibilidad en tiempos de pandemia: en qué se nota el hogar sostenible.

Con las medidas que se han ido adoptando para la preservación y control de la pandemia se ha determinado el hecho de permanecer en casa y el teletrabajo como fórmula de productividad.

¿Hay diferencia en este punto con un hogar sostenible?

Por supuesto, desde luego es algo a tener en cuenta.

Esta primavera se ha caracterizado por ser fresca, lluviosa incluso en algunos lugares como Granada, y ello puede disparar fácilmente el consumo eléctrico al hacer más frío, menos horas de sol que aprovechar para calentar la casa según su ubicación, unido a que, incluso con el cambio de hora de por medio, el clima no ha ayudado demasiado en algunas zonas.

El teletrabajo también es un factor a tener en cuenta ya que aunque no lo parezca, las horas laborables requieren más consumo eléctrico que cuando se trabajaba en la oficina, lo que hace que se note en la factura mensual. Ordenadores, luces, internet, calefacción hasta que fue necesaria, horas de luz… todo ello afecta al comportamiento energético de los hogares.

En un hogar sostenible, por ejemplo, las ventanas y puertas están preparadas para no perder energía del interior y que con poco, pueda calentarse una estancia sin necesidad de mucha tensión de los calefactores ya que no se pierde energía por los puentes térmicos (marcos de ventanas, puertas…). Además si se ha adaptado bien, las ventanas por ejemplo dejan pasar mucha luz y beneficiará de forma más eficiente a la hora de disponer menos de luz artificial.

Luz artificial que, por añadidura, en un hogar sostenible estará muy controlada con luminarias LED, incidencia  estudiada de los focos de luz para cansar menos la vista y que dote de calidez al espacio.

Además de esto, en un hogar sostenible se controla más el gasto energético de los equipos que hay en la vivienda, siendo de mejor eficiencia energética certificada además de que se cancela la energía residual gracias a temporizadores, regletas con interruptor y necesitar mucha menos energía gracias a las propias características de los aparatos.

¿Se notará en una vivienda sostenible, en su conjunto?

Considerando que puede ser tanto vivienda separada como parte de un edificio, sí, se notará mucho más. Ya comentamos que las viviendas sostenibles son un compromiso a medio largo plazo pero desde luego en una situación como ha sido y es la cuarentena, se nota más por el uso continuado de la propia vivienda y del consumo energético interno que está más estudiado, por no hablar de su proyección para con su propia huella de carbono.

Además, quizás esta situación de cuarentena que estamos viviendo, donde el teletrabajo ha mantenido la productividad en aquellos sectores que lo permitían, sea el desencadenante para que la fórmula del teletrabajo se implante más en nuestra sociedad, tal y como ya se viene haciendo en muchos países del norte de Europa, por lo que quizás sea el momento de invertir en la sostenibilidad de nuestros hogares.

rehabilitacion sostenible

Granada elegida para el plan Europeo de economía circular en la construcción

En el diario “Granada Hoy” ha aparecido una noticia celebrada, en la que se refiere a que Europa elige Granada para diseñar un plan de economía circular en la construcción, una iniciativa enmarcada en el proyecto de ciudad en referencia a la innovación, la Smart city y la agenda digital.

 

“Granada ha sido elegida por la Comisión Europea para diseñar, junto con otras ocho ciudades europeas, una estrategia común dirigida a establecer un sistema de economía circular en el sector de la construcción. Se trata de la segunda fase de la Red de planificación de Acción URGE que desarrolla en el marco del Programa URBACT III con un presupuesto total de 748.494 euros.

 

La iniciativa ha sido posible tras la presentación, por parte del Ayuntamiento de Granada, de un proyecto gracias al que la ciudad se integra participaren la red europea denominada ‘URGE, Circular Building Cities’ del programa URBACT III Action Planning Networks, enmarcado en el proyecto de ciudad que aboga por la innovación, la smart city y la agenda digital.”
Granada Hoy, 24/05/2020

 

En defensa de una planificación urbana con políticas integradas en el sector de la Construcción, donde las materias primas tienen un peso muy importante , se desarrollará este sistema de economía circular en el sector de la construcción, que planteará una estrategia integral para un entorno de construcción sostenible que promueve entre otros principios de circularidad para edificios, aumentando la eficiencia de los materiales y reduciendo los impactos climáticos, así como la reutilización del material y el reciclaje del mismo. Es por ello que  UC10 acoge con gran satisfacción esta iniciativa que redunda en beneficio de nuestra ciudad como ya lo hace en otras tantas como Utretch, Munich, Copenhague, Kavala o Riga, estableciendo un nuevo modelo de economía que liderar y en colaboración con la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE).

De este modo, UC10, empresa comprometida siempre con toda iniciativa de construcción que represente adelanto y mejoras que aporten beneficios tanto a la ciudad como a la ciudadanía, y trabajando desde el respeto permanente al ecosistema gracias a la certificación ISO 14001:2015 que cuenta desde hace años y a la acreditación para certificar edificios sostenibles QSostenible  , quiere manifestar su agrado con respecto a esta noticia cuyo desarrollo seguiremos de cerca.

luz sostenible

El consumo eléctrico inteligente en un hogar sostenible.

No solo la construcción sostenible hace que un hogar lo sea. El comportamiento de sus habitantes para con la responsabilidad que implica el consumo energético también es esencial a la hora de complementar lo que significa hacerse cargo de ese factor.

Los hogares sostenibles están preparados para tener un mínimo consumo, y aquello que consumen lo hacen mucho más eficiente gracias a las medidas tomadas tanto en el hogar propio como en el edificio; si este último es el caso, además, facilitará mucho más la eficiencia energética de todas las viviendas que lo compongan, en mayor o menor medida, en función de si es un edificio sostenible o rehabilitado para serlo (que no siempre tienen toda la disponibilidad de las medidas de eficiencia energética por sus propias características y la profundidad que se haya podido aplicar en la reforma.

Como decíamos, en muchos casos, recae en los propios usuarios de la vivienda la responsabilidad de ser eficientes y responsables con el consumo energético ya que nuestro comportamiento para con ello es lo que determinará que realmente estemos sacando partido a la situación ya las medidas de eficiencia energética que nos proporciona el hogar.

Cabe destacar que desde luego tendremos algunas ventajas, como por ejemplo que la calefacción y la climatización se requerirá mucho menos en la vivienda porque se aprovecharán al máximo las horas de sol mientras que la adecuada reforma hará que el viento incida menos en el propio edificio usando recursos naturales como árboles, por lo que se mantendrá mucho mejor la temperatura. Además, gracias a los aislamientos y las ventanas y puertas que impidan la pérdida de energía (los famosos puentes térmicos), aun gastaremos menos.

Pero, ¿qué pasa con nuestro comportamiento? ¿Y con la forma en la que utilizamos nosotros la energía, no ya los medios pasivos del hogar sostenible? Nos referimos a las costumbres de consumo, a la forma en que disponemos nuestros aparatos eléctricos, entre otras cosas. Cargadores, enchufes, electrodomésticos que pueden no estar certificados como los más eficientes, aparatos que permanecen en standby… gran parte de nuestro esfuerzo sostenible se puede perder por algo como eso, como no vigilar qué aparatos se quedan encendidos o en espera, cuáles no tienen una certificación que haga que su uso sea lo más eficiente posible, o aquellos que por fabricación se queden siempre consumiendo un mínimo de energía.

¿Realmente necesitamos supervisarlo todo?

Sí, desde luego, si queremos que la sostenibilidad sea un pilar de nuestro comportamiento para con nuestro entorno y que el vivir en un hogar sostenible o que quiera ganar en sostenibilidad sea lo más eficiente posible.

Para ello podemos recurrir a cambiar cuando podamos esos electrodomésticos que no tienen la mejor certificación energética, pensando siempre que se trata de una inversión a largo plazo puesto que en un principio puede parecernos que pagamos más por una nevera o una lavadora que parece casi igual a otra más barata. A la larga lo acabaremos notando. Igual es invertir en una forma fácil de controlar el gasto energético.

En realidad no necesitamos que la tele, la consola y demás estén conectados en standby continuamente, pero desenchufarlo todo puede parecernos un poco cansado. Así que podemos recurrir a algo tan sencillo como una regleta con interruptor que nos permitirá, sin tener que desenchufar nada, cancelar toda entrada energética en nuestros aparatos al irnos a dormir o a trabajar, sabiendo cuando se va a quedar la casa sin presencia que vaya a hacer uso de ellos. Algo tan sencillo como eso y recordar que los cargadores que no se estén usando deben desenchufarse y controlar cuántos aparatos se conecta a la vez puede ayudarnos mucho a controlar todo ese consumo o “microconsumo” que luego puede representar una diferencia para con nuestra factura energética. Lo mismo pasa con aparatos como el router que, cuando no estamos, siguen emitiendo su conexión. Apagarlo cuando no estamos nos protege del microconsumo tanto como de eliminar todo tipo de intentos de conexión por parte de los surfistas de la wifi.

Todas estas costumbres sostenibles , unidas a aprovechar las zonas con mayor luminosidad natural para situar nuestro lugar desde donde poder realizar el teletrabajo evitando así tener luces encendidas innecesariamente, puede hacer que la huella del coronavirus sea menor en nuestra factura energética.

sostenibilidad

Propósitos del año para un hogar sostenible.

A veces la mayor diferencia se hace con un pequeño gesto, gestos que no son más que actos de concienciación sobre lo que nos rodea, lo micro: nuestra casa, nuestro edificio, nuestra ciudad, y lo macro: como la situación climática, el mundo y la ecología, el futuro próximo, el que vamos a legar…

Esos pequeños gestos a veces pueden suponer esa diferencia. Y qué mejor momento que el principio de año y esa lista más o menos realista que nos ponemos de propósitos para empezar a sembrar.

¿Cómo hacer el hogar más sostenible?

Claro, lo primero que te viene a la cabeza es la palabra “gasto”. Hacer un hogar sostenible no siempre va a resultar barato… de entrada. Porque como ya hemos visto en otros post, una de las ventajas de la sostenibilidad en el hogar, adquirida (porque el edificio ya lo sea) o ganada (porque lo hacemos nosotros, en la medida de lo posible), es el ahorro que produce una vez que las medidas ya se han adoptado.

Luces: sustituir las bombillas fluorescentes e incandescentes (las bombillas de filamento de toda la vida) por bombillas de tecnología LED, iluminación indirecta… Lo importante es cambiarlo progresivamente para aprovechar la vida útil de cada componente.

Agua de ducha: un truco que te “sale gratis” es por ejemplo el almacenar el agua de la ducha que no sale caliente hasta que la caldera o termo arranque y dé el agua a la temperatura que queremos. Así esa agua la puedes aprovechar para regar plantas, para lavar o fregar…

Aislamiento: Los radiadores y estufas pierden mucha energía a través del suelo si no está bien aislado. Es un buen momento para plantearte poner una tarima flotante o parquet, y, si no podemos, poner alfombras aislantes en invierno para tapar la máxima cantidad de suelo posible.
En este apartado de aislamiento tenemos también las ventanas que es, quizás, la mejor inversión que puedes hacer: escoger un aislamiento sellado y de doble cristal. No te arrepentirás y ya no es tan caro.

Cisterna: cuando llegue el momento poner una cisterna de doble descarga ahorra muchísima agua.

Pintura: si te has planteado volver a pintar la casa puedes escoger pinturas más ecológicos sin añadidos sintéticos ni derivados del petróleo, ayudando así a sus productores y al medio ambiente, además de lo que ello representa para tu casa.

Electrodomésticos A++: siempre que te sea posible, si tienes que reponer un electrodoméstico, opta por uno con un certificado de gasto energético adecuado. El A++ te ahorra mucha energía en el uso del propio electrodoméstico.

Estos son algunos consejos para hacer más sostenible tu hogar, piso o casa. Hay mucho más que se puede hacer que también tiene que ver con los hábitos y con la forma de consumir, pero aquí te dejamos estas ideas como propósitos para este año 2020.

aislamientos

La eliminación de material en la rehabilitación sostenible.

La eliminación de material en la rehabilitación sostenible.

¿Cuáles pueden ser algunos de los elementos que se pueden encontrar en una rehabilitación sostenible de un edificio?

Existen numerosas prácticas usadas durante décadas de construcción masiva que no siempre han observado las mejores prácticas o las más seguras a largo plazo. A veces porque las repercusiones de los materiales no se han encontrado hasta años después y ahora se les está poniendo remedio, otras, porque eran los materiales que había en ese momento o formaban parte de la filosofía de construcción, diseño, etc., que en ese contexto se desarrollaba.

Se pueden encontrar, a la hora de realizar una rehabilitación sostenible  esa serie de materiales que habrá que remover en la medida de lo posible, algunos de forma obligatoria y otras para disponer en su lugar otros más sostenibles y que ayuden a reducir la huella de carbono de la construcción.

Radón: es un gas bastante pernicioso y radiactivo y que muchas veces está presente en determinados tipos de suelos, evaporándose lentamente y pudiendo afectar a la salud.

Amianto: que fue un material muy popular en las pasadas décadas y solo después de graves casos se ha determinado que provoca asbestosis y efectos aún peores, teniendo en cuenta que se desprende en forma de partículas diminutas que se pueden aspirar.

Pinturas y barnices: algunas de las cuales por su composición tanto por metales pesados como fenoles, formaldehídos, benceno, etc., producen efectos en la salud y puede afectar a todo el lugar, como es el caso del “Síndrome del edificio enfermo”.

Plástico: Material procedente del petróleo, el cual a pesar de que supone alto consumo de energía en la fase de producción y contaminación en su elaboración, tiene grandes aplicaciones en el sector de la construcción (estabilidad, ligereza, resistencia y asilamiento). No obstante, su tardanza en descomponerse (entre 100 y 1.000 años)  unido a sus características de producción y a su alto empleo en la construcción hacen que nos obliguemos a darle una segunda vida, como puede ser la realización de casas hechas con plástico.

Aislantes: los más utilizados en construcción son las espumas en forma de panel o de proyectado que al ser causantes de la reducción de la capa de ozono, los CFC se reemplazaron por otros productos que, a pesar de no afectar la capa de ozono, provocan el calentamiento global.

 

Pero de los aislantes tradicionales, han surgido otras alternativas más sostenibles, denominados aislantes naturales, como son la celulosa, el corcho o el cáñamo, que no afectan a la capa de ozono ni al calentamiento global.

Remover esos materiales, desecharlos con garantías y sustituirlos por otros sostenibles es un desafío de la construcción sostenible, concienciada, cuando se trata de rehabilitar edificios antiguos.

Jardines eficientes y sostenibles para hogares responsables.

En ocasiones tanto en comunidad como en casas particulares, tenemos la opción de disponer de un pequeño jardín, una zona de tranquilidad y naturaleza incluso dentro de la gran ciudad. Tener una de estas zonas verdes a nuestro alcance mejora notablemente el ambiente de nuestro alrededor, por no hablar del beneficio que supone habilitar otro pequeño pulmón que ayude a aportar aire puro en los alrededores y en la ciudad misma.

Estos jardines son ideales sobre todo cuanta más concienciación se tenga de la eficiencia y sostenibilidad que deben tener: el cuidado del jardín, las cantidades de agua, las especies, la ordenación y la intencionalidad del mismo son esenciales para que se atengan al concepto de lo sostenible. Mientras un metro cuadrado de césped requiere de 61 litros de agua, así que lo mejor es optar siempre por especies autóctonas de la zona que normalmente son las más preparadas para enfrentarse al clima del que disfrutamos.

Poder almacenar agua de lluvia puede ser una idea de aprovechamiento del clima además de elegir un sistema de riego eficiente como un riego por goteo o de exudación, siempre observando los patrones naturales de clima y tierra de la zona para poder ser lo más eficientes posible. Las variedades de flores autóctonas también serán ideales porque son especies adaptadas al clima de la zona y suelen ser más resistentes a las plagas. En caso de plagas, al tener una flora autóctona podemos recurrir a pequeños depredadores controlables que nos ayuden a mantener vivo y bonito el jardín.

Además las hojas muertas y otros desechos que puedan surgir del jardín producto de la poda, etc, pueden ser aprovechadas para compostar y crear así un abono que beneficie a las plantas y al jardín en general conforme lo necesite en los diversos momentos, aprovechando al máximo todo lo que surja del propio jardín.

otoño y sostenibilidad

Otoño en un hogar eficiente

Cuando entras en tu casa, pongamos que en un hogar eficiente, sostenible y responsable, a las puertas del Otoño, sientes que no hay una ruptura de sensaciones.
¿Cuántas veces has llegado a casa de algún familiar o amigo y al entrar has notado un brusco cambio de temperatura? O entrar a un zaguán oscuro que te impide ver, notar mucho frío de golpe, notar humedad, calor o bochorno… Estas sensaciones muchas veces ocurren porque hay una fuerte diferencia entre el exterior y el interior de los distintos hogares en función de su construcción, de su aislamiento y características.

Pero cuando llegas a tu casa y esta es eficiente, encuentras que esa ruptura es mínima. Te recibe una temperatura constante, sin necesidad, a principios del otoño, de conectar la climatización, y más adentrado, cuando el viento empieza a soplar frío y las nubes se aglomeran en el cielo con las tormentas y aguas de esta estación, hace falta solo un mínimo para tener la casa caldeada, y el impacto de ese consumo energético también es mínimo porque todo el lugar está optimizado.

Las tormentas, el frío y el viento no harán tanta mella porque la casa está bien aislada. Con una iluminación basada en bombillas LED o de bajo consumo disfrutarás incluso de esas tardes en las que la lluvia lava la ciudad, la oscuridad es cada vez mayor, y en el interior del hogar todo está preparado, sin corrientes de aire de otras ventanas que supongan un escape del calor o del aislamiento, con ventanas preparadas de doble cristal y también jugando con la jardinería: los propios árboles frente al edificio cortan el acceso del viento contra el lugar minimizando su impacto contra los muros y la pérdida de calor.

Ese es uno de los puntos más importantes: reducir la pérdida de energía, siendo lo más óptima posible y utilizando además los medios más adecuados para ello. Desde su propia concepción el edificio considerado sostenible reduce al máximo su impacto y huella de carbono, más allá de la construcción llegando incluso a la consecución y obtención de los materiales con que se realizará.

Tener y vivir en un hogar sostenible y eficiente va más allá de estar a gusto en ese lugar o que reduzca sus emisiones y que sus habitantes estén concienciados: es un compromiso de futuro en el que nosotros creemos.